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El corazón de Dios
Hacia un Entendimiento Integral y Bíblico de la Adoración
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El tiempo está llegando, de hecho ha llegado, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre está buscando adoradores que lo adoren de esta manera. (Juan 4:23).
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Ser humano es adorar. Esta declaración está apoyada en las Escrituras, declarada en nuestros credos,3 y evidente de la historia. Si bien el impulso de adorar a alguien más alto que nosotros parece innato, las personas adoran diversos tipos de seres. Estos pueden trazarse en un sinfín de variedades, desde objetos concretos identificados con divinidades (animismo) hasta la abstracción de la divinidad y la separación de Dios de la realidad material. Los historiadores seculares suponen que esta variedad refleja el desarrollo evolutivo de la religión desde lo primitivo a lo sofisticado, y ese secularismo occidental moderno, liberado de las nociones de las realidades divinas, representa el punto más alto de la historia.
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Estamos preocupados por la adoración cristiana aquí, que en sus formas ortodoxas es comprometidamente monoteísta pero también misteriosamente trinitaria, reconociendo al único Dios Trino como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En las últimas décadas, la iglesia evangélica en América del Norte y Europa ha luchado por establecer patrones de adoración ampliamente atractivos, una lucha que hemos exportado a otras partes del mundo.
Con frecuencia las tensiones giran en torno a la música y si debe seguir los gustos tradicionales o contemporáneos. Cada vez más vemos que las congregaciones responden a estas tensiones de una de las siguientes tres maneras: (1) se dividen en dos o más iglesias, de modo que cada uno es libre de seguir sus preferencias; (2) establecen múltiples servicios de adoración, cada uno agradando a los diferentes gustos musicales; o (3) adoptan la filosofía de la música contemporánea y la industria de la adoración, simplemente marginando a aquellos con preferencias a himnos tradicionales y forzándolos a irse o resignarse. Si bien estas respuestas han hecho que la adoración sea atractiva para los jóvenes, sus efectos en el testimonio de la iglesia son desastrosos. En lugar de la adoración que une al pueblo de Dios, los conflictos por la adoración los han dividido
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Por: Rubén Posligua Morales PhD.